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AEROGRAFÍA: CONCEPTOS BÁSICOS

17-10-2020

A medida que el entusiasmo ha consolidado al plastimodelismo en nuestra vida, es normal que vayamos buscando la mejora constante. Que la nueva maqueta que estamos empezando quede mejor que la anterior. Y es en estos momentos donde decidimos dar el trascendental paso hacia el aerógrafo. Si bien el pincel nunca se deja de usar, para la terminación ideal de la maqueta el aerógrafo será la clave.

La transición de pincel a aerógrafo en modelismo es trascendental. Sin duda, cuando lo hacemos, confirmamos que los resultados obtenidos con el nuevo proceso es altamente superior al anterior. Difícilmente retornemos al pincel para lograr un buen acabado del modelo y el  mismo quedará reservado sólo para los detalles y efectos o  bien para el pintado de figuras.

 

Antes de avanzar en las explicaciones me gustaría recordar qué es un aerógrafo de doble acción y su diferencia con uno de acción simple o pulverizador.

  • El pulverizador o aerógrafo de simple acción es lo más parecido a un aerosol. Se va a cargar con pintura y al pulsar va a salir automáticamente la pintura impulsada por el aire. La posibilidad de regular el arco de pintura es mínimo. Generalmente esta herramienta se recomienda para grandes superficies y trabajos de poco detalle.
  • Al aerógrafo de doble acción comprende dos operaciones. En primer lugar, al pulsar el gatillo va a liberar aire. Luego al empezar a tirar hacia atrás dicho gatillo empezará a liberar pintura, de menos a más, logrando la progresión de un trazo fino a uno grueso. También se complementa con la presión de aire y la distancia a la pieza a pintar. Para un trazo fino nos acercaremos a la superficie y lo contrario para una mayor cobertura. El aerógrafo de doble acción, por su versatilidad, es el más utilizado en modelismo.

 

Ahora bien, una vez ingresado al mundo de la aerografía, en la misma medida que nos produce satisfacción el resultado surgen los dolores de cabeza cuando aparecen los primeros inconvenientes: no sale la pintura, escupe gotas, se pegó la aguja, trazo discontinuo, efecto piel de naranja, etc.

La primera recomendación es no desanimarse, estos inconvenientes son parte del proceso de aprendizaje.  

Las claves para un buen resultado se pueden resumir en las siguientes:

1) Mantener el aerógrafo limpio: no hay que tener miedo al desarmado del aerógrafo para la limpieza. El desarmado para una limpieza profunda se recomienda cuando el aerógrafo ya no se va a usar más por el día o por un largo rato. Si es para cambio de color, con un purgado con un líquido limpiador del aerógrafo o en su defecto, algún diluyente, es suficiente. Para limpiar el aerógrafo hay productos y herramientas como las destacadas en los links a continuación:

2) Dilución de la pintura: para un buen resultado en la textura resultante y en el poder cubritivo es fundamental la dilución. Siempre la recomendación es utilizar el diluyente provisto por la marca de pintura que utilicemos. Con respecto a las proporciones, la recomendación es confiar en su experiencia y criterio, ya que es difícil determinar proporciones exactas. No olvidemos que un envase de pintura recién abierto cuando está nuevo no tendrá la misma viscosidad que uno usado. Generalmente el solvente de la pintura nueva se va evaporando y va a requerir una mayor dilución que uno nuevo. Por otra parte también influye el tono del color: esto es que una pintura clara se va a tener que diluir lo menos indispensable, en tanto que una oscura admitirá una mayor cantidad de diluyente. Como sea, es fundamental encontrar el punto donde no quede tan aguada que al pintar se corra y se derrame o bien que al faltarle diluyente la pintura no salga del aerógrafo o bien produzca "piel de naranja". Lógicamente hay que revolver bien antes de empezar a pintar.  

3) Compresor de aire: contar con un compresor que nos otorgue el rango de presión necesaria es otro aspecto fundamental para el logro de buenos resultados. Lamentablemente es el componente más caro del equipo pero, si el mismo es de buena calidad, es una compra única. No recomiendo el uso de nebulizadores, ya que estos tienen una limitada y escasa presión y al estar previstos para drenar aire todo el tiempo la manguera, que generalmente se inserta a presión en el aerógrafo, se saldrá constantemente con la incomodidad que dicha situación genera.  

La presión recomendada para la operación de aerógrafos está en el rango de 12 y 20 PSI. Es ideal contar con un regulador y manómetro que permita leer la presión que ofrece el compresor. Hay que estar atento que las conexiones y roscas no pierdan aire. En tal caso el uso de teflón en la rosca se recomienda.  

Es muy práctico el uso de acoples rápido. Facilita la conexión del aerógrafo a la manguera.  

4) Puntos críticos del aerógrafo: hay dos componentes que requieren el máximo cuidado para la vida y efectividad del aerógrafo: el tip y la aguja. El tip es el pico pequeño que, generalmente va roscado en la punta del aerógrafo y es donde asienta la aguja. Manteniendo limpios y sanos esos dos elementos, estaremos garantizando el buen funcionamiento del aerógrafo. Por lo tanto, hay que evitar caídas y golpes. Es importante, cuando uno inserta la aguja, hacerlo con cuidado y despacio para que la misma no golpee el tip. Cuando estos golpes se producen, puede deformar al tip y horadarlo, lo que producirá que genere gotas y "escupa" pintura.

Si bien los aerógrafos traen una pequeña llave para poner y sacar el tip, mi recomendación es hacerlo a mano. Muchas veces, con la llave, se excede en la fuerza y se quiebra el tip dejando la rosca dentro del cuerpo del aerógrafo. Si bien es solucionable, es preferible evitarlo.

Los aerógrafos ofrecen distintos calibres para regular el ancho de trazo: generalmente son 0,2, 0,3 y 0,5. El mismo se logra en la complementación de una aguja y un tip del mismo calibre. Para los que cuentan con variedad de estos elementos se recomienda tenerlos bien identificados y no mezclarlos ya que las diferencias no son fácilmente apreciables y podríamos cruzar una aguja de un calibre con un tip de otro.

Estos repuestos, agujas y tips, se encuentran generalmente en stock. Siempre es bueno contar con alguno de repuesto, ya que que, ante un accidente o problema, no se nos interrumpa el proceso de pintura en un momento inoportuno.

5) FILTROS DE HUMEDAD: La humedad ambiente elevada es un factor negativo para la pintura en general y la aerografiada en particular. Esta situación retarda el tiempo de secado pero también puede generar condensación de humedad y que la misma afecte con agua a la pintura. Para contrarrestar eso, un filtro de humedad es recomendable. Los mismos se ofrecen como accesorio a roscar en el aerógrafo o junto con el manómetro en la salida del compresor. También los hay incorporados en la manguera. En todos los casos se trata de un vaso transparente  donde se depositará la humedad y tiene un pulsador o gatillo que permite la purga de dicha humedad.

 

FOTO 1: Compresor TC100A y aerógrafo de doble acción AB130.

FOTO 2: Pulverizador BD145.

FOTO 3: Agujas y tips.

FOTO 4: Compresor TC12K y aerógrafo simple acción AB136 idel para principiantes.

FOTO 5: Herramienta para limpiar el tip del aerógrafo.

FOTO 6: Compresor TC 60 ofrece buena presión y regulación del aire.

 

Todos estos artículos los pueden ver en:

 

https://web.elbaron-rojo.com.ar/catalogo/aerografia

 

 

 

 

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